domingo, febrero 19, 2006

Pureza

Ya se lo que pone más abajo. Pero resulta que tengo bronquitis, de modo que como no quiero ver al Viewtiful Joe morir una vez más voy a relajarme un poco. Mucho ha pasado desde mi último post largo y serio. Tengo una PlayStation Portable blanca que es mi amor y creo que mi riñón derecho. El caso es que se supone que los Value Packs de la maquina debieran venir con el firmware 1.5 o 2.0. Pero Sony me ha jugado una mala pasada: tengo el firmware 2.5. A día de hoy no se puede hacer un downgrade en el mismo, aunque sí puedes disfrutar de parte del software casero –uno de los mayores atractivos de esta consola es la cantidad de frikis que trabajan gratis para ella- si dispones de un GTA: LCS, pero ese juego es demasiado horrible como para que me deje el dinero en el para hacer correr la SNES en mi PSP. Ya se lo que estáis pensando, que soy un piratilla de poca monta. Falso. Ya me he manifestado sobre ese tema antes, y mantengo mi postura, pero el hecho es que nunca está de más poder tener juegos por los que no estarías dispuesto ni a salir de casa. Es algo que nunca le ha hecho mal a la industria. Como los juegos de PC en disquetes y las cintas de casete en la música. Ya que no podía jugar al Super Probotector no tardé nada en pillarme uno de los UMDs que me habían lanzado a la compra de la cosa más bonita del mundo: WipeOut Pure.

Purasangre

Esta es mi segunda review de un juego y tampoco me lo he acabado. Pero como le he echado más horas que un reloj y completar ese juego del todo es virtualmente imposible -algunos oros incluso en la clase más baja de contrarreloj son desesperantes- creo que puedo evaluarlo de una manera bastante apropiada –en mi clasificación del juego pone Maestro [actualización: Gurú; actualización: Fanático; actualización: Leyenda; actualización: la película Stealth se ha cargado mi perfil :(] así que mucho cuidado- y como siempre de un modo subjetivo aunque matizado. Una reseña como Dios manda empezaría diciendo “WipeOut es una franquicia de 1995 que inició sus andadas en bla, bla, bla…” pero si estás leyendo esto eres un maldito geek, de modo que ni me molesto ni te molesto diciéndote lo que ya sabes. He de apuntar, sin embargo, que esta saga ha sido lo suficientemente fuerte como para soportar el derrumbe de su compañía: Psygnosis, de los últimos europeos que hacían el bien en las consolas. Al final de la primera era de los 32 bits desapareció, y como casi como todo lo que posea un poco de calidad en Europa sospecho que se han reubicado en SCEE. Los segundos 32 bits -128 para el público- trataron mal a esta saga con un juego que parecía WipeOut pero que no conservaba la esencia de los mismos. Toda esta historia está recogida de forma alegórica en el contexto del juego, que sólo se puede encontrar en su página. El caso es que SCEE debió recibir el encargo de hacer que el lanzamiento de la PSP se pareciese al de la PlayStation, por aquello de la imagen de marca y todo eso, así que los programadores volvieron con las carreras AG. Y volvieron con ganas, no sólo por lo que se lee entre líneas de lo que opinan de la versión de PS2, sino porque da la impresión de ser un proyecto al que le tenían cariño. Sólo esto puede explicar la calidad del producto y la dedicación que han puesto en su trayectoria desde que salió. Como casi todos he visto varias de las muchas fotos de Tekken: Dark Ressurection que pueblan la red, en las que te haces una idea de hasta donde puede llegar en un año el hardware de cinco procesadores, pero a pesar de ello pienso que este es a priori el mejor juego hasta la fecha que se ha visto en PSP con permiso de Me and my Katamari.


Pureza visual

Gráficamente irreprochable. Un movimiento fluido, efectos de luces apabullantes unas texturas artísticamente preciosas y un diseño en general perfecto. ¿El Ridge Racer se ve mejor? Pues puede, claro que en el juego de Namco no se forman las orgías de disparo que se dan en el pelotón de corredores, ni tiene que deformar el escenario cada vez que alguien lanza un arma terremoto y dudo mucho que sea tan rápido –la Rapier Class es como siempre de vértigo, pero sorprendentemente hay una más que no he conseguido desbloquear… pero dadme tiempo-. En definitiva, es muy bonito ver una PSP con un WOP funcionando. Cualquier “old school” recalcitrante apuntaría ahora que los gráficos no son lo más importante de un juego. Y no lo son. Pero de hecho uno de los peligros que lleva esta saga desde el primero es, una vez te manejas bien de verdad, el de quedarte embelesado con el fluido movimiento de una pista multicolor ante tus ojos y tomar mal la siguiente curva. La belleza del trabajo artístico y no su comparación con otros logros técnicos sí pueden ser lo más importante en un juego.


PlayStation en estado puro

El manejo con ambos mandos es perfecto, tan bien adaptado a lo que es un mando como lo estaba el primer WO con su sistema de frenos aéreos –que esta vez se ve cómo funcionan-. Implementando una física por fuerza imaginaria, cada vez que tomas una curva sientes esa agradable sensación de que estás al mando de un WipeOut, y si nunca has tenido el placer de tener ninguno de estos juegos te adelanto que es una sensación de autorrealización fantástica. Todo sale según has calculado, sabes cuando no estás tomando bien una curva, que te la vas a pegar, y el sistema de armas hace que a la vez todo sea impredecible. En realidad molestan bastante las explosiones en la carrera, ya que la luz o el humo pueden taparte la línea de visión cerca de una curva, sobre todo en la vista interior. Pero si decides meter armas en un juego de carreras lo haces con todas las consecuencias. La curva de aprendizaje está finamente hilada. Ni demasiado difícil ni demasiado fácil. Algo que suele suceder en los WO es que una vez que has jugado a una clase más rápida la anterior te resulta más sencilla, porque has acostumbrado tus reflejos a un nivel superior, pero un disparo certero puede hacer que un rival que consideras inferior te haga sudar para remontar hasta la primera posición en cualquier clase. Resultado: victorias por milésimas, derrotas por confianza, diversión y desarrollo trepidante. Puedes llegar hasta donde quieras. Puedes quedarte en las clases menos rápidas o puedes picarte para ver hasta donde puede llegar tu cerebro. Han incluido un modo de juego nuevo, aparte de los habituales en este tipo de juegos, en el cual corres hasta el límite de tu escudo. Se te recompensa con nuevos vehículos. Puedes descargar muchos contenidos nuevos. Hasta la fecha y si no he contado mal, cinco torneos. Es decir, veinte pistas, incluyendo varias de los juegos anteriores. De las naves que tengo ya ni sé cual es del juego original y cual es de descarga, pero también son un montón. Estamos, por tanto, ante un juego con profundidad tanto de desarrollo como de manejo. Y el modo a varios jugadores ad hoc está muy bien siempre y cuando reúnas suficientes amigos. En todo caso todo esto es muy aburrido si eres yo porque soy demasiado bueno para mis más inmediatos rivales: mi hermano y su amigo -apunte: ninguno de estos jugadores tiene una copia del juego-.


Notas de pureza

Sin duda uno de los rasgos más característicos de la saga es su música. Cogiendo siempre las últimas tendencias tecno forman un todo con la estética y la ambientación. Independientemente de si te gusta o no este tipo de música no puedes jugar sin ella. Es un pilar fundamental sin el que el juego se quedaría cojo. Ahora hay descargables unos temas indis que le dan un toque de rock al conjunto, sin salirse de la tónica demasiado –no son muchos temas y quedan diluidos en el todo- y añaden variedad. Pero sin duda lo mejor de todo es que han puesto parte de la música de los primeros WipeOut en descarga. La nostalgia que despiertan en un viejo fan es impagable, aparte de que en mi opinión el primer juego tiene los mejores temas de todos. Como consumidor nada se agradece más que estas actualizaciones completamente gratuitas patrocinadas en algún caso por algunas marcas. Pero señores, bienvenida sea la publicidad que patrocina, sin molestar, más cantidad de material del que viene originalmente en el juego.

Encontrarse con este conjunto en un juego de lanzamiento no es la regla. Es un juego indispensable si te gusta la velocidad y una opción de la que no te arrepentirás si no te gustan los juegos de coches, ya que al fin y al cabo, aquí no hay coches. ¿Es perfecto? No. Pero si cuelgan para descarga el tema “Cardinal Dancer” estaríamos –si no lo estamos ya- ante la obra cúlmen de la programación europea hasta la fecha.

domingo, febrero 05, 2006

Cierre

Como de si una revista buena de videojuegos se tratase cierro esta web. A corto plazo no tengo tiempo para dedicarselo como yo querría y el sistema de visualización de imágenes no me permite ni poner exporádicas mejoras con el uso de mi tableta. De modo que temporalmente este chiringuito está cerrado hasta nuevo aviso.