
Y volvemos a donde nos encontrábamos, paseándonos entre las estanterías, seleccionando algunos clásicos básicos como el Full Throttle y el Grim Fandango, cavilando sobre qué regalo le haría ilusión a Gabs –fútil tarea, porque todo el mundo sabe que sólo se alimenta de conocimiento- y por supuesto pinchándonos el uno al otro para que adquiriésemos una Xbox. En realidad es un ritual común entre nosotros, ya que efebeí tiene la absurda idea de que me gusta más que la PlayStation y yo se que el la desea con toda su seguera alma. Pero esta vez la presión estaba muy por encima de lo usual en nuestras tentaciones dialécticas. Hasta me ofreció el cable para cargar el mando mientras juegas –que por cierto a todo lo mierda y caro que era el Sixaxis resulta que es el único que incluye batería en el siglo XXI, tócate los huevos que diría el Dr. Manhattan- para que si me decidía me la llevase completamente funcional. Cuando ya tenía yo hechas las cuentas en la cabeza sobre cuánto me costaría toda la broma le dije de irnos –una vez había él terminado de elegir que clásicos se llevaba y algo para su hermano-. Entonces me preguntó si definitivamente no la adquiriría. Yo le reiteré que si no tenía su compromiso de adquirirla el día 22 de Marzo no me interesaba en absoluto. Lo cierto es que sí tenía ganas de estrenar algo gracioso en mi HD Ready una vez acabase la convocatoria de Febrero. Son muchos años los que llevo corrompiendo a gente tan dura como Dom Seraphim como para no apreciar el atisbo de duda que vi en la mirada de efebeí mientras cavilaba. Claro –dijo-, me la dejarías más barata de lo que ya te ha costado. Sabiendo que la rebaja ya la dejaba en un precio muy goloso, que en un mes y medio la devaluación de la consola en cuanto a uso se refiere es mínimo, que soy un usuario de confianza y cuidadoso y que, por supuesto, teniendo el ticket de compra a todos los efectos la operación es una compra de consola en kilómetro cero su parte de jugador y su parte de roñica empezaban a entenderse. “¿Por cuánto me la dejas?” Le expliqué que por lo mismo que me salía a mí, pero incluyendo el Lost Planet y el cable –que él mismo me regala- en el precio. Notaba el desplazamiento que sintió Raziel cuando entró por primera vez en la capilla funeraria de Guillermo. Mi amigo se retorcía y me acusaba. Sabía cual eran los pasos a seguir, pero también que el abismo puede tragarte una vez los acontecimientos se desencadenan: en eso momentos pisaba arenas movedizas. “Más vale que te decidas pronto porque sólo te queda media hora”
Ya estaba hecho. El sabía que no tendría otra oportunidad y para mi propio asombro aceptó. Lo cierto es que me sentí arrollado por mis propias tretas por primera vez. Pero todo era cuestión de hilvanar la cadena de sucesos a mi favor y de ese modo evitar el potencial desastre. Una vez que mi amigo había aceptado la idea no sería difícil. Pero esto –dije mientras sacaba un pesado Premium del estante- se va a tu casa, ya lo sabes. No. Contestó. Eso sí que no. Bien, no me lo estaba poniendo difícil con una argumentación sesuda, después de todo todavía tenía la confusión de su propia decisión. Unos pocos “encima de que te dejo unas semanas lo que me compro yo” y demás patrañas del estilo accedió mientras sonreía alegre y me maldecía por mi sinuosa conducta. Aclaramos los términos definitivos de la opción futura de compra –“aunque Peter Moore diga mañana que esto vale 150€ el precio seguirá invariable”- y efebeí me aseguró que el día antes del lanzamiento de Sony me podría retribuir sin problemas. Y una cosa más… -le dije- aunque tu sólo tienes que pagarme en su momento, si decido dártela antes para atender mis responsabilidades tienes que aceptarla. Unas cuantas maldiciones después yo cogía el Lost Planet –el único título de interés de la tienda y, dejando aparte el alarde técnico del Gears of War y sus colores cemento, el más interesante del catálogo actual de la consola- y efebeí el cable de recarga. Y ya está, esa es la historia. Más adelante, tras los exámenes, os daré las impresiones que he tenido desempaquetándola y jugando al título de Capcom. Como habréis visto todo ha sido respondido. No he perdido apenas un ápice de determinación y después de todo tengo un juguetito nuevo y brillante en el momento adecuado. Fue un gran día sin duda.
8 comentarios:
What, in the name of all that's holy, possesed you to do that?
Pobre efebei, como te usa... ¡y que chaqueta mas fea! jijijiji
*The Cardigans - Gran Turismo (mmmm, si nena, si)
¡Sólo a un seguero le podría gustal los Gran Turismo! Pooooor favor...
Me referia al nombre de la entrada.
The Cardigans - My favourite Game, del album Gran Turismo. Gran remix que se marcaron para la intro europea del Gran Turismo 2, y gran videoclip. Junto a Moloko son lo mejor de los late 90's. Moloko... Sing it Back... ¡Beatmania PAL! Otro gran juego.
Que tiempos aquellos, disfrutaba con SEGA y con Gran Turismo. Oh, espera... ¡nada ha cambiado! ¡Que feliz soy!
Algun dia empuñare una pluma y demostrare al mundo porque Gran Turismo es la perfeccion hecha juego de automovil y porque Moloko es la perfeccion hecha band.
El problema es que efebeí es vecino mío, y cuando digo vecino, digo que está en la calle de enfrente. Eso nos ha convertido al señor efebeí y a mí en dos piltrafas de aquí a marzo, soñando con mechas, nieve, balas y bichos.
Oltar, tu ya eras una piltrafa antes
Sabía que te estarías refiriendo a que incluyeron esa canción en esa pérfida saga. En todo caso la mención de la misma es intolerable. Máxime en un post tan boxer como este. Aquí sólo se habla de lo doomed que está Sony.
Actualizada la entrada que habla del lanzamiento de la Play3 (doomed).
Tronic, la saga GT merece la muerte.
Por cierto Oltar, me encanta tu avatar. :)
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