sábado, octubre 17, 2015

La crítica, el dinero y el crítico

Publicado el 25 de octubre de 2012 para Fangames
La crítica, el dinero y el crítico

Actualización: debido a la amenaza de una acción legal por parte de Square-Enix, Eurogamer ha cambiado el texto. El autor, obviamente, ha dejado de escribir para ellos. Aquí está en negrita la parte suprimida. Vergüenza.

Artículo original: Vale, antes de nada, este no es EL artículo sobre financiación y crítica en este medio que siempre he querido leer o escribir. Es simplemente una reflexión rápida basada en este artículo tan interesante que no hace más que dar vueltas por ahí. De modo que, por si no lo han hecho todavía, léanlo antes de seguir.

Hace un par de años decía que la crítica se encontraba en una encrucijada por los juegos casuales, pero lo que parece seguir siendo la gran controversia del medio es la insana relación entre los críticos y aquellos a los que critican. Descrita como un amiguismo en el artículo en realidad funciona a varios niveles y el más escandaloso del texto, la posibilidad de que alguien esté comprado, creo que falla el tiro de lejos. Mi postura siempre ha sido que no se compra a un crítico de videojuegos porque, sencillamente, hay demasiados (aunque los juegos con campañas de 100 millones de dólares seguro que pueden abarcar mucho). Sí compras algunos de los grandes medios y presionas debidamente al resto y a los medianos. Esto es así. De hecho diría que la mayor influencia económica es la presión, no la compra directa. Un medio tiene que hacer una preview, o no debe ser muy duro con tal juego porque, caray, la compañía que lo lanza es la que paga tus garbanzos. Se han hecho intentos de publicidad cruzada basada en la demografía, para no depender económicamente de quien criticas, pero no parecen ser viables porque, imagino, esas compañías están anunciándose en otros medios que hablen de sus productos, por la misma razón.

Pero aún así esta presión no cubre el aspecto fundamental del problema con la crítica de videojuegos. El problema es el ambiente que se crea, no de imposición, sino de entusiasmo y anticipación. Un escenario que se daría igualmente sin vínculo económico en la mayoría de casos. Porque la mayoría no cobran más que el juego que reciben. La presión viene de arriba pero sin pagar el poder de la dirección de una página es limitado. Pero no hace falta. Lo que hace que la mayor parte de la crítica me resulte nauseabunda es la falta de criterio y las tragaderas. Si es que no hay otra palabra: las tragaderas de un redactor entusiasta que ama sistemáticamente y sin importar cuánto lleve en el medio todo lo que le echen. No se hastía, no coge perspectiva, no tiene interés más que por el siguiente Assasin’s Creed. “Pinta bien”. “El último Need For Speed no fue tan malo”. “Pero es que el componenete cabra de este juego…” Actitudes laxas e inquietudes displicentes son el verdadero cáncer de este periodismo. Con lo bueno que podría ser por no estar compuesto por periodistas.

Por eso no creo que la foto del amigo Keighley, un tipo simpaticote que sólo saca los colmillos en las entrevistas del E3, es lo de menos. Es lo obvio. Si en Meristation o Gamespot un, pongamos, Battlefield 3 se lleva una crítica muy positiva pues normal, si les han pagado los sueldos hasta junio. Es triste y está mal porque la mayoría de lectores son unos borregos de muy corta edad que confían en ellos, pero creo que el resto de lectores le otorgan poca credibilidad más allá del publi-reportaje. Sin embargo sí se la otorgan a la blogosfera y a páginas de menor peso, donde te encuentras que ese mismo juego se llevó críticas igualmente positivas. Esas son las que duelen. La crítica ya perdió la batalla de las grandes al no saber financiarse de otro modo que de la mano de ACTIVLIZEATAKEUBI2K. Pero el que podría ser el bastión del criterio está consumido por problemas propios, ajenos al económico, que lo hacen igualmente inviable.

Volviendo al artículo, se cita el ejemplo de una periodista que tiene un par de imágenes, una cabecera y un fondo de Twitter del nuevo Tomb Raider. Viendo dónde escribe uno podría caer en la tentación de pensar que todo eso se ha pagado. Pero prestando algo más de atención lo de “autónomo” dispara todas mis alarmas ¿No sería más normal que los que están en nómina de esas páginas, y no esa blogger, sean los que lo hagan por dinero? Sí. Lo que ven ahí es el mismo fenómeno que he descrito antes y que llevo observando desde hace mucho tiempo entre los independientes. Efusividad y tripas.

En mi caso he acabado con muchos prejuicios, demos y unos pocos redactores y páginas a los que, aunque sea por el gusto de leer crítica bien escrita, otorgo un mínimo de atención. Pero, salvo algunas excepciones, interpreto sus guías como imágenes borrosas y si algo me parece demasiado bueno para ser verdad contrasto. Porque uno acaba por desconfiar hasta de los buenos críticos dado el panorama, que se parece mucho a este:

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